Trastorno bipolar: en qué consiste – Entrevistamos al Dr. Fernández Hierro
A raíz de la noticia de la muerte de Blanca Fernández Ochoa, algunos medios han vertido informaciones inexactas sobre sobre la enfermedad mental y, concretamente, sobre en qué consiste el trastorno bipolar y su tratamiento.
Hoy trasladaremos al Dr. Fernández Hierro algunas preguntas que muchas personas nos están planteando sobre este tema:
¿En qué consiste el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que produce alteraciones en el estado de ánimo de quien lo padece. El enfermo con trastorno bipolar sufre tanto períodos de muy bajo estado de ánimo o “Depresión” (tristeza, desesperanza, pesimismo, apatía…) como otros períodos caracterizados por la euforia y la exaltación del estado de ánimo y que denominamos “Manía”, o “hipomanía” cuando es más leve (inquietud, optimismo excesivo e inmotivado, tendencia a hablar de forma incesante –verborrea-, convicción de ser capaz de llevar a cabo múltiples proyectos, a menudo imposibles de realizar…). Tanto en las fases depresivas como en las de manía son muy frecuentes los trastornos del sueño y la irritabilidad, que no debe confundirse con un repentino “mal carácter” del enfermo.
En los últimos años se ha banalizado en exceso este trastorno y se aplica el calificativo “bipolar” a personas que simplemente tienen un humor variable.
Pero no se trata sólo de personas que cambian fácilmente de humor y “tan pronto están alegres como tristes o enfadadas”. Tanto las fases depresivas como las maníacas pueden conllevar síntomas severos y durar semanas y hasta meses y entre ellas puede haber largos períodos de estabilidad. En pacientes bien tratados la estabilidad puede prolongarse incluso durante años.
¿Se puede mantener una buena calidad de vida con esta enfermedad?
Desde luego. Debemos tener en cuenta que el 2-3% de las personas padecen esta enfermedad.
Estadísticamente, en una ciudad como Vigo debe haber al menos 6.000 personas que padecen trastorno bipolar, más de un millón en España.
Solo unos pocos sufren formas graves que afectan mucho a su calidad de vida y necesitan ingresos hospitalarios o dependen, al menos parcialmente, de sus allegados. Pero otros, con el tratamiento adecuado, permanecen durante largos períodos asintomáticos o con síntomas mínimos que les permiten mantener una muy buena calidad de vida, con trabajo, vida familiar y de ocio satisfactorias, etc.
No conozco apenas nada de la vida personal ni de la enfermedad de Blanca Fernández Ochoa. Pero aunque al parecer sufría un trastorno bipolar ha sido una deportista de élite (con el sacrificio, constancia y nivel de esfuerzo que eso requiere) y múltiples testimonios aparecidos estos días (amigos, gente del mundo del deporte, de los medios de comunicación) coinciden en señalar que se trataba de una persona muy apreciada y con una rica vida social.
¿Cómo aparece la enfermedad? Y ¿Cómo podemos darnos cuenta de que una persona de nuestro entorno la padece para buscar apoyo médico y ayudarla?
En la mayor parte de los casos la enfermedad aparece entre los 15 y los 25 años de edad. Por eso a veces sus inicios se confunden con cambios en el carácter propios del adolescente. Además, no hay una forma de inicio característica sino que los comienzos pueden ser muy variables de unos pacientes a otros. Eso explica que a menudo se demore mucho la consulta a un especialista y por tanto el diagnóstico. Debe alarmarnos un brusco cambio en la conducta o hábitos de la persona, acompañado de un estado de ánimo inusualmente depresivo o eufórico. Es muy importante que ante la aparición de alteraciones en el estado de ánimo de una persona se consulte prontamente al médico.
Sobre el tratamiento farmacológico. Se ha especulado, en el caso al que nos referimos (Blanca Fernández Ochoa), con una ingesta masiva de un determinado fármaco (Sinogan) para tratar precisamente el trastorno bipolar ¿Es un medicamento seguro?
El trastorno bipolar es una enfermedad compleja y por tanto su tratamiento farmacológico también puede llegar a serlo. Son básicos los estabilizadores del humor, como el Litio (Plenur), o el Ácido Valproico (Depakine) entre otros. Pero a menudo el tratamiento debe incluir también antidepresivos (sobre todo en las fases depresivas) o los antipsicóticos (sobre todo en las fases maníacas).
El Sinogan pertenece a este último grupo, el de los antipsicóticos (clásicamente llamados neurolépticos). Aunque no se trata de un tratamiento específico para el trastorno bipolar a menudo se usa por su potencial sedativo que lo puede hacer útil, por ejemplo, para ayudar a conciliar el sueño en casos de insomnio grave. Eso sí, debe indicarlo un especialista, nadie debe emplear el Sinogan (ni ningún otro fármaco…) como hipnótico simplemente porque alguien de su entorno lo esté utilizando y/o nos lo recomiende.
Aunque el Sinogan es un medicamento antiguo y cuyo uso ha dejado de ser habitual, no por ello ha dejado de ser eficaz. La mayor parte de los medicamentos son razonablemente seguros en las dosis apropiadas. Pero muchos fármacos pueden ser peligrosos en caso de sobreingesta (no sólo el Sinogan sino incluso muchos medicamentos de uso común que están habitualmente en nuestros botiquines caseros y podemos conseguir con facilidad).
¿Qué le podríamos decir a una persona que esté leyendo esta entrevista y se sienta identificada con los síntomas de esta enfermedad?
Como en cualquier otra enfermedad, ante las dudas o ante los primeros síntomas de inestabilidad en el estado de ánimo conviene acudir al centro de salud. Nuestro médico de Atención Primaria puede orientar el diagnóstico y hacer las primeras recomendaciones e incluso prescripciones farmacológicas.Sin embargo, conviene que el paciente sea evaluado cuanto antes por un psiquiatra.
Conviene que el paciente sea evaluado cuanto antes por un psiquiatra.
Cuanto más precozmente se inicie el tratamiento no sólo se conseguirá controlar en menor tiempo los síntomas, sino que se impedirá que estos se agraven y pongan en riesgo el futuro y la calidad de vida del paciente.
Ahora bien, a menudo el paciente no es consciente de sus síntomas y son familiares y amigos los primeros en alarmarse. Una persona deprimida suele ser consciente de que se encuentra mal, aunque la propia enfermedad puede hacer que tenga escasa iniciativa para solicitar ayuda. Pero en las fases maníacas el enfermo no suele ser consciente en absoluto de sus problemas. Al contrario, suele encontrarse eufórico, con una energía y una autoestima muy superior a las habituales, por eso difícilmente contempla la posibilidad de acudir a tratamiento por este motivo. En ese sentido familiares y amigos deben promover la consulta a un especialista en Psiquiatría.
Trastorno bipolar: en qué consiste y tratamiento.
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