Me siento triste ¿estoy deprimido?
La expresión “estoy deprimido” es utilizada frecuentemente por algunas personas cuando se refieren a un mal día o, simplemente, a un estado de ánimo bajo y puntual, la famosa “depre”.
La depresión clínica como tal poco tiene que ver con esa situación pasajera, se trata más bien de un trastorno del estado de ánimo que causa una sensación persistente de tristeza y desinterés.
Este trastorno afecta a cómo se siente, piensa y se comporta una persona y puede generar diferentes problemas emocionales y físicos cuando se prolonga a lo largo del tiempo y se acentúa su profundidad.
A menudo comienza en la adolescencia, o bien en la franja que va desde los 20 a los 40 años, pero en realidad, puede presentarse en cualquier edad. Hay un número mayor de mujeres diagnosticadas con depresión que hombres, tal vez porque son más propensas a buscar tratamiento.
Puede presentarse en distintos grados, cuando nos encontramos ante una depresión leve, esta dificulta tareas normales como puede ser levantarse por la mañana o arreglarse para salir a la calle y puede combinarse con situaciones de ansiedad.
La depresión en un estado más grave puede llevar a la autolesión, pensamientos suicidas o al suicidio en sí.
¿Cuáles son los principales síntomas?
La mayoría de las personas afectadas por depresión sufren una serie de síntomas comunes, los más característicos son un persistente estado de ánimo bajo, tristeza, sensación de vacío y una marcada pérdida de interés en actividades, incluso en aquellas que se solían disfrutar.
Otros síntomas comunes son:
- Pérdida de los patrones de sueño. Muchas veces implica insomnio, otras veces dormir demasiado. Ambas afectan al rendimiento diario y complican el descanso de la persona con depresión por lo que dificulta también su tratamiento.
- Ira, irritabilidad o frustración, incluso por pequeñas cosas.
- Cambios en el apetito. Al igual que el caso anterior podemos encontrarnos ante dos situaciones totalmente contrarias. Por un lado la falta de apetito, que vendrá acompañado de una pérdida de peso importante, por otro lado, comer mucho sin saciarse lo que provoca un aumento de peso.
- Fatiga o pérdida de energía.
- Pérdida de agilidad física y mental.
- Pérdida de concentración o indecisión, dificultad para tomar decisones.
- Sentimientos de culpa.
- Pensamientos recurrentes sobre la muerte.
La depresión en niños y adolescentes
Los síntomas son similares a los de los adultos aunque con ciertos matices.
En niños los principales síntomas suelen incluir tristeza, irritabilidad, apego excesivo, sentimientos de preocupación, negase ir al colegio o pérdida de peso.
Los adolescentes, además de los sentimientos anteriores, tienden a sentirse infravalorados e incomprendidos, tener un rendimiento escolar bajo, en ocasiones muestran hipersensibilidad. Los niños con trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) pueden presentar irritabilidad sin tristeza o pérdida de interés. Se puede experimentar una depresión clínica con TDAH.
La depresión en adultos mayores
La depresión en adultos mayores no forma parte del proceso natural de envejecimiento y debe tratarse con rigor. Por desgracia, muchas veces la depresión en ancianos no se diagnostica y trata haciendo que estas personas reduzcan considerablemente su nivel de bienestar.
Los síntomas son:
- Fallos en la memoria y alteraciones de la
- Dolores físicos.
- Cansancio, problemas de sueño, falta de
- Pensamientos suicidas.
¿Qué causa la depresión?
Se desconocen las causas exactas de la depresión. Como muchos otros trastornos mentales, suelen existir varios factores combinados, algunos de ellos son los siguientes:
– Alteraciones en los neurotransmisores cerebrales. Los neurotransmisores (sustancias que permiten la comunicación química entre las neuronas) cumplen una función importante en la regulación del estado de ánimo. En la depresión la conexión neuronal mediante neurotransmisores no funciona bien, las personas deprimidas muestran niveles muy altos de cortisol (la hormona del estrés) y de varios neurotransmisores que actúan en el cerebro: serotonina, dopamina y noradrenalina.
– Hormonas. Los cambios en el equilibrio hormonal pueden estar involucrados en causar o desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden producirse con el embarazo y durante las semanas o meses después del parto (posparto), asociados a problemas de la tiroides, la menopausia u otras situaciones.
– Rasgos heredados. La depresión es más común en personas cuyos familiares sufren o han sufrido esta enfermedad. Los investigadores están tratando de encontrar los genes que pueden estar involucrados en causar depresión.
¿Cómo se trata la depresión?
El tratamiento de la depresión se centra en dos áreas: farmacológica y psicoterapia. En función del caso, puede trabajarse con una u otra o con las dos de forma combinada.
Psicoterapia:
Un modo de tratar la depresión es la psicoterapia, que suele estar recomendadas para situaciones de gravedad media en la que la persona afectada no necesita de tratamiento farmacológico o, en ocasiones de mayor gravedad, como apoyo para este.
Han demostrado su utilidad en el tratamiento de la depresión la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal. La terapia cognitivo-conductual ayuda a las personas a cambiar los patrones de pensamiento y de comportamiento que pueden contribuir a su depresión. La terapia interpersonal ayuda a las personas a entender y resolver relaciones personales problemáticas que pueden causar o empeorar su depresión. La duración es variable en función de las necesidades de la persona.
Sin embargo, para casos graves de depresión o para ciertas personas, la psicoterapia puede no ser suficiente. En este caso, se recomienda la combinación de medicamentos con psicoterapia.
Tratamiento farmacológico:
Los científicos han descubierto que las sustancias químicas tienen que ver en la regulación de los estados de ánimo. Por eso, en los estados depresivos más graves es necesario llevar a cabo tratamientos farmacológicos con antidepresivos. Estos tratamientos se prescriben para compensar desequilibrios en los niveles de sustancias químicas cerebrales (neurotransmisores), especialmente la serotonina y la norepinefrina.
Existen diferentes grupos de fármacos y cada uno de ellos actúa de un modo distinto. Los efectos suelen apreciarse entre las tres y las seis semanas después de iniciar el tratamiento.
¿Cuándo es el momento de acudir a un especialista?
Si sufres uno o varios de los síntomas descritos en el artículo de forma continuada, es el momento de ponerse en manos de profesionales.
Se trata de obtener soluciones profesionales para mejorar tu calidad de vida: que una persona especializada te ayude para que consigas sentirte mejor.