¿Qué es la esquizofrenia?
La esquizofrenia es un trastorno mental crónico y grave que afecta a cómo una persona piensa, siente y se comporta. El síntoma más característico y conocido es la pérdida de contacto con la realidad.
Este trastorno crea en la persona afectada un efecto de “subrealidad”, por el que el paciente tiene dificultades para saber qué es real y qué no lo es. Esto se mezcla con dificultad para pensar con claridad, para socializarse y para expresar sus emociones.
Aunque no es tan común como otros trastornos mentales, afecta al 1 por ciento de la población mundial.
Los síntomas pueden ser muy incapacitantes, con el agravante de que los afectados suelen tener dificultades para reconocer su enfermedad y por lo tanto, pedir ayuda. Esto suele provocar que sea más tardío y complicado su diagnóstico y su tratamiento.
Origen y desencadenantes
Se considera que existen distintos factores que actúan conjuntamente y contribuyen al desarrollo de la esquizofrenia.
El origen podemos abordarlo desde por tipos de factores: factores genéticos y factores ambientales. El que existan estos dos orígenes explica por qué en algunas familia pueden darse casos de personas con esquizofrenia, aunque algunos no la desarrollen, y por otro lado, algunos enfermos con esquizofrenia en cuya familia ningún miembro la padece.
Sobre el origen genético, algunos estudios lo centran en la sobreexpresión del gen C4, encargado de disminuir el excesivo número de conexiones neuronales que existen en el cerebro en la etapa adolescente, la denominada “poda neuronal”.
Parece existir una relación de causalidad importante que también influye en el desarrollo de la enfermedad, ya que el componente C4 actúa de manera intensa en la juventud, especialmente en la etapa adolescente, y es ahí cuando habitualmente empieza a dar signos de presencia esta enfermedad (sobre todo en el caso de los hombres, suele ser más tardío en las mujeres y, también, más leve).
Dentro de los factores que pueden desencadenar la esquizofrenia encontramos:
- Factores de predisposición durante la gestación, el nacimiento y la infancia: genéticos, y complicaciones perinatales y/u obstétricas, traumatismo craneal, problemas de conducta graves durante la edad escolar
- Factores que pueden precipitar la esquizofrenia en adultos: uso de drogas, situaciones vitales vividas con un elevado grado de estrés.
- Factores que permiten que el trastorno se mantenga: uso de drogas.
El consumo de drogas ilícitas puede desencadenar un trastorno psicótico en personas predispuestas e interferir en el tratamiento de personas diagnosticadas, facilitando las recaídas y empeorando el estado de la persona.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Aunque existen casos de esquizofrenia infantil, los síntomas normalmente comienzan entre los 16 y los 30 años.
Síntomas positivos:
Hacen que la persona pierda contacto con la realidad: Alucinaciones (por ejemplo, escuchar voces), Ilusiones, pensamientos inusuales o disfuncionales, movimientos corporales agitados,
Síntomas negativos:
Tienen que ver con alteraciones en los comportamientos y las emociones: asociabilidad, disminución en la capacidad de disfrute, falta de voluntad, disminución de la fluidez en la conversación o indiferencia afectiva hacia las personas que lo rodean.
Síntomas cognitivos:
Cambios en la memoria y el pensamiento, por ejemplo, dificultad para entender lo que ocurre, evaluarlo y tomar decisiones, dificultades de atención, fallos de memoria inmediatamente después haber recibido una información.
La esquizofrenia suele ir acompañada de otros trastornos debido a las dificultades que crea en la persona afectada, por ejemplo, la dificultad para interactuar socialmente tanto a nivel personal como laboral puede llevar a la persona a sentimientos de soledad y desprecio, lo que suele acarrear el desarrollo de ansiedad, depresión o pensamiento o comportamientos suicidas.
Los síntomas no se desarrollan de manera drástica, sino que van apareciendo gradualmente con el paso del tiempo.
¿Cómo se diagnostica?
Es un trastorno muy variable según el individuo que la padezca, es decir, no todos los pacientes sufren los mismos síntomas por lo que precisan de tratamientos muy individualizados.
No existen pruebas médicas exactas para diagnosticar la esquizofrenia, por lo que el especialista en psiquiatría se basa fundamentalmente en entrevistas clínicas:
- Con el paciente.
- Con la familia y entorno social (familia, amigos, pareja) con el fin de conocer antecedentes genéticos, cambios en el comportamiento del paciente, comportamientos fuera de lo normal, etc.
- Eventualmente podrían realizarse análisis de sangre (entre otros motivos, para descartar el consumo de estupefacientes y descartar otras afecciones que puedan generar síntomas similares) o una prueba que diagnóstica cerebral para detectar si existe alguna anomalía.
- Valoración del entorno (hábitos, situación profesional, financiera, etc.)
En el diagnóstico se tienen en cuenta principalmente tres factores: los SÍNTOMAS, su DURACIÓN y su EVOLUCIÓN EN EL TIEMPO.
Tratamiento
Las personas con este trastorno precisan tratamiento farmacológico y psicosocial.
Tratamiento farmacológico con antipsicóticos
El tratamiento con antipsicóticos suele ser crónico ya que una vez que se pausa suelen reaparecer los síntomas de la esquizofrenia. Por otro lado, también produce una serie de efectos secundarios comunes como pueden ser la sedación, el vértigo o el incremento de peso entre otros.
La administración de los antipsicóticos, así como su control, deben estar supervisados por un especialista con el objetivo de poder suministrar el mejor tratamiento posible al paciente y ajustarlo de acuerdo a sus necesidades concretas.
Tratamiento psicosocial
Como tratamiento complementario son recomendables las terapias de grupo y/o las conductistas, con el objetivo de desarrollar habilidades para afrontar los retos cotidianos y las competencias personales y sociales del paciente de cara mejorar sus relaciones sociales y su calidad de vida.
Esto puede implicar un paso hacia adelante en el mundo laboral al ayudarle a conseguir un mejor desempeño en este ámbito.
Las personas que participan en este tipo de tratamientos tienen menos recaídas y una tasa de hospitalización más baja.
¿Cómo puedo ayudar a alguien que conozco con esquizofrenia?
Una persona con esquizofrenia suele tener reacciones desconcertantes que pueden hacer difícil el ayudarla.
Si un familiar o amigo padece esquizofrenia:
- Anímalo a recibir y mantener tratamiento.
- Recuerda que sus creencias y alucinaciones son muy reales para él.
- Se respetuoso y solidario pero no toleres comportamientos inadecuados o peligrosos.
- Si tienes ocasión, mantente en contacto con grupos de familiares de enfermos con esquizofrenia.
¿Cuándo es el momento de acudir a un especialista?
Si te sientes identificado con los síntomas que hemos descrito en el artículo, es el momento de que te pongas en contacto con un especialista para confirmar o descartar ese trastorno u otro. Se trata de obtener soluciones profesionales para mejorar tu calidad de vida: que una persona especializada te ayude para que consigas sentirte mejor.